Gabriel Arrom, fundador de B Bacus, ha estado en los Martes del Emprendedor del Instituto de Emprendimiento Avanzado B – Bacus quiere ser un referente del mundo del vino con personalidad única para ayudar al consumidor a entender y a disfrutar del buen vino.
Su fundador, Gabriel Arrom, lleva en la sangre el emprendimiento. Una cultura arraigada en su familia que le ha llevado a renunciar a otros planes y proyectos porque, tal y como ha reconocido, emprender requiere tiempo y dedicación.
Arrom se aficionó al vino desde pequeño mojándose los labios y ahora organiza catas y sirve vinos a empresas para sus actos, celebraciones o reuniones. El objetivo de B – Bacus es que el consumidor entienda de vinos y que se aficione al vino.
El punto de partida es probarlo porque “el vino se puede tomar en cualquier ocasión”. Incluso de las formas más criticadas, “Si quieres probar el vino con hielos no pasa nada porque si terminas aficionándote a beberlo se los vas a quitar”. “La mejor forma de acercarse al vino es conocerlo porque de vino se aprende bebiendo”, subraya.
Gabriel Arrom se define a sí mismo como un “broker de vinos, un comunicador y el becario de mi propia empresa porque estoy en un proceso formativo permanente“.
B – Bacus está ahora mismo a la búsqueda de un socio, después de haber penetrado en el tejido empresarial para ofrecer sus servicios. Primero lo hizo organizando catas en bodegas, pero el margen de beneficio era muy pequeño. Arrom aprendió que se ganaba más dinero vendiendo él vino de las bodegas que llevando allí al público para probarlo.
El canal horeca lo descarta de momento porque es “muy difícil” por lo que su próximo reto va a ser la creación de un software para los hoteles. B – Bacus ha detectado un posible nicho de negocio en este campo porque muchos hoteles necesitan mecanismos para “mejorar el inventario y la logística, ya que aún lo hacen de forma manual “. Además, necesitan entrar en contacto directo con las bodegas para abaratar los precios de coste del producto. “Con el vino no hay que tener complejos”, asegura este emprendedor que añade que es un sector en el que hay “mucha presión” porque “parece que te exigen consumir lo que es top y no es así”.