El emprendimiento con impacto social está redefiniendo el panorama empresarial en España. Son proyectos que combinan rentabilidad, a diferencia de la filantropía o de las entidades sin ánimo de lucro, con soluciones a problemas sociales, como la prevención de violencias, demostrando que el éxito de un emprendimiento trasciende los beneficios económicos.
Begoña Álvarez Civantos, fundadora de SOIFI4E, aborda en el Martes del Emprendimiento cómo, en un mercado en el que la responsabilidad social gana peso, el emprendimiento con impacto social se posiciona como el próximo nicho de éxito, transformando comunidades y generando valor sostenible. Junto al CEO del Instituto de Emprendimiento Avanzado, Wilfredo Jurado, Begoña comparte cómo su iniciativa, centrada en la formación para prevenir violencias, es una pieza clave para la mejora social.
SOIFI4E, Social Impact for Equality, surge de la trayectoria de Álvarez Civantos, licenciada en Derecho, exconsejera de Justicia en Andalucía y letrada del Tribunal Supremo de España. Tras implementar programas de prevención que alcanzaron alrededor de 25.000 alumnos, dejó la administración pública para lanzar un emprendimiento que forma al personal de empresas, administraciones y ciudadanos en la prevención de todo tipo de violencias: acoso escolar, acoso laboral, violencia de género, en el ámbito deportivo… Este enfoque demuestra que el emprendimiento con impacto social es una oportunidad de negocio con alto potencial, la nueva ola tras el emprendimiento verde.
Consejos para el emprendimiento con impacto social
“Asesoraos bien, detectad las ventajas y desventajas del producto y sabed pivotar si no encaja”. Begoña Álvarez Civantos destaca que el primer paso es “identificar un problema social específico y desarrollar soluciones escalables”. Así lo ha hecho con SOIFI4E, que no solo se centra en un tipo de violencia, sino que enseña a reconocer y prevenir todo tipo de conductas hostiles y amenazantes presentes en la sociedad.
La validación del producto es otro pilar clave. Para ello, subraya la importancia de alianzas y certificaciones que generen confianza y ayuden a la mejora del artículo o servicio. En su caso, mantienen una alianza con Storytraining, con la que producen trabajos audiovisuales de alta calidad para facilitar la comprensión e identificación de actitudes violentas. Esta unión es, para Jurado, muy importante, ya que “una buena narrativa asociada a tu producto te conecta tanto con inversores como con los clientes”.
“Hemos validado nuestro modelo con empresas y administraciones; ahora buscamos financiación para escalar”. El enfoque del emprendimiento con impacto social no es filantrópico: la formación online tiene una alta rentabilidad, especialmente con normativas como la Ley de Protección Integral a la Infancia, que exige formación para quienes trabajan con menores.
Finalmente, aboga por la “insensatez lúcida” del emprendedor. “Emprender es duro, sacrificas mucho, por eso tener una red de apoyo con experiencia es fundamental”. Esta incluye mentores, socios e inversores que comprendan el impacto a largo plazo.
Formación para el cambio social
SOIFI4E se centra en la formación para prevenir violencias, un enfoque que compara con la Ley de Prevención de Riesgos Laborales de 1995. “Al principio, nadie veía su importancia, pero la formación transformó la cultura empresarial. Lo mismo ocurrirá con la sostenibilidad social”. Sus programas enseñan a identificar acoso, bullying o violencia de género, proporcionando herramientas prácticas para los empleados de las empresas.
No solo se limitan a actuar en compañías a través de la RSC. También trabajan con administraciones y particulares, como padres preocupados por el bullying. Ámbitos en los que es crucial intervenir, ya que, como señala Begoña Álvarez Civantos, prevenir es más efectivo que reparar: “Es como enseñar a no talar bosques en lugar de solo plantar árboles”.
Para lograr este cambio, es necesario dejar de considerar el emprendimiento con impacto social como algo secundario. El objetivo es que las empresas a las que hacen llegar su proyecto no lo vean como una donación, sino como una formación que integre la responsabilidad corporativa en su estrategia empresarial.
Otro de los puntos en los que se centran es en la IA. “Hay una brecha entre el desarrollo de la IA y el conocimiento ciudadano. Nuestra formación enseña a usarla de forma segura, detectando abusos en entornos digitales”. SOIFI4E no se limita a esto. También aprovechan estas herramientas para personalizar contenidos, fomentando la conciencia crítica de los usuarios. “Hemos comprobado que es más efectiva que la formación grupal porque promueve la reflexión individual”.
Horizonte de transformación
En una década, Begoña visualiza a SOIFI4E como referente en formación para la prevención de violencias, trabajando con grandes y pequeñas empresas. “No volveré a la administración pública. Emprender es duro, pero apasionante”. El click para tomar la decisión de formar su propia empresa vino de su formación en Harvard sobre sostenibilidad, que le mostró que el emprendimiento con impacto social puede resolver problemas globales desde la rentabilidad.
En términos de financiación, han recibido apoyo de CaixaBank y aportaciones de socios. Sin embargo, reconocen que el ecosistema del emprendimiento con impacto social en España avanza con lentitud. “Nos evalúan con métricas tradicionales que no reflejan nuestro impacto. Necesitamos inversores que entiendan la escalabilidad”. Su plan más conservador requiere de 500.000 euros, mientras que las perspectivas más ambiciosas superan el millón para expandirse.
Tanto Begoña como el CEO del IEAvanzado coincidieron en que el emprendimiento con impacto social no es una tendencia pasajera, sino una evolución del modelo empresarial. Por ello, iniciativas como SOIFI4E responden a la creciente demanda ciudadana y a las normativas europeas que exigen responsabilidad social. “Las empresas que no integren propósito en su estrategia perderán relevancia”.