María Paula y Estefanía Leal, hermanas y fundadoras de Vérmora, han sido las protagonistas de un nuevo Martes del Emprendimiento organizado por el Instituto de Emprendimiento Avanzado, con el patrocinio de Iberdrola, en una edición, en que el evento traspasó el Atlántico para conectar con la sede del Instituto en Bogotá, donde esperaban las dos protagonistas y Rodrigo Galindo, director del IEAvanzado en la capital colombiana.
En 2017, las hermanas María Paula y Estefanía decidieron dejar sus trabajos para emprender y dar vida a la idea que llevaban en su cabeza desde su infancia en el campo, rodeadas de naturaleza y biodiversidad. Se dieron cuenta de que en Colombia no existía un producto de calidad, como sus infusiones o condimentos, que fuera respetuoso con el medioambiente y libre de plásticos, en el que se priorizase la salud del consumidor. Comenzaron a cultivar, procesar y comercializar sus productos a base de plantas aromáticas y frutos deshidratados. “Siempre quisimos emprender y estamos muy ligadas a la naturaleza. Utilizando las recetas de nuestras abuelas, completamente naturales y de verdadera calidad, nos decidimos a esta aventura”, contaba María Paula.
Sus principales preocupaciones son la salud y el medioambiente, por lo que sus productos provienen directamente de varias familias agricultoras, y su empaquetado es 100% ecológicos, incluso aptos para compost. Sus tres líneas de productos comenzaron con mezclas de hierbas aromáticas y frutas en tisanas ecológicas para infusionar, diferenciadas en cinco sabores y centradas en el estrés, el sueño, la digestión y el sistema inmunitario.
Posteriormente, introdujeron botes con forma de salero, que llevan las especias del campo a la mesa del consumidor, con un procesamiento mínimo. Finalmente, las achiras, un snack típico en Colombia, parecido a un híbrido entre los bizcochos y las galletas, relleno de guayaba, al que le han dado un toque al estilo Vérmora, priorizando el producto natural. También ofrecen packs especiales para empresas, eventos o festividades. Hasta hace poco, los productos ecológicos eran considerados premium en Colombia, con un coste superior a la competencia, pero “a día de hoy los costos se están reduciendo porque hay más demanda”, afirmaba Estefanía.
Producción ecológica y precio justo
Con ocho trabajadores entre el procesado y la comercialización, también cuentan con una red de cultivadores formada por cinco familias campesinas especializadas en cumplir con los estándares de la producción ecológica. “Nos importa mucho comprar al agricultor colombiano directamente y a un precio justo”, aseguraba Estefanía, que mencionaba que ya tenían una facturación de 200.000 euros en lo que va de año, una cifra considerable en Colombia. Han alcanzado su equilibrio en el quinto año y este es su segundo año de beneficios.
El 80% de las ventas son a distribuidoras de productos ecológicos que llegan a tiendas y supermercados especializados, mientras que el resto se realiza a través de sus redes sociales. La tecnología les ha ayudado a expandirse, a mostrar su negocio a lo largo del país sudamericano, e incluso a llegar en algunas ocasiones a Estados Unidos y Europa, aunque no sean sus principales mercados. Pese a los problemas de certificados sanitarios, están estandarizando la producción de acuerdo a las normativas internacionales, con la previsión de expandirse más allá de sus fronteras y así reducir los costes de envío.
Estefanía comentaba que “queremos llegar a muchos países, para aprovechar la biodiversidad y llevar la calidad de Colombia, y así poder aumentar la red de cultivadores, para colaborar con el desarrollo de las zonas rurales”.
El hecho de que las socias sean hermanas, para esta pareja, es algo “necesario, porque nos complementamos y sabemos cuándo una puede dar el 100% o no”. Su portal web cuenta la historia de cada producto y acerca al cliente a todo el proceso de producción, a través de una estrategia transmedia.
Para concluir, los consejos de las hermanas Leal Guerrero a todos los que se plantean emprender comenzaron por tener la idea clara y, sobre todo, apasionarse, sin olvidar la disciplina y saber hacia dónde quieren ir. Contar con un equipo que aporte y, sobre todo, prepararse para emprender, ahorrando, estudiando y formándose.