¿Tienen las mujeres dificultades añadidas a la hora de emprender? ¿Cómo superan estas trabas? Estas son dos de las preguntas que han abordado Pilar Vila, cofundadora de Forensic & Security, y Lupina Iturriaga, fundadora de Fintonic y co-CEO de la compañía, en el Martes del Emprendimiento del Instituto de Emprendimiento Avanzado, celebrado durante la semana del 8M.
A pesar de que más de la mitad de la población es mujer, solo lideran el 14% de los negocios. Los puestos directivos de las grandes empresas aún tienen, en su mayoría, nombre de hombre. Lupina Iturriaga, cuya empresa, Fintonic, mejora el bienestar financiero y fomenta la educación sobre las finanzas cotidianas, reconoce que las mujeres “tienen más complicaciones a la hora de levantar capital”. Pilar Vila, cofundadora de una firma de asesoramiento en ciberseguridad, coincide y añade que “las mujeres solemos estar mucho más auditadas, lo que dificulta la búsqueda de financiación o la venta. Estamos bajo una lupa que quizás no tendrían los hombres.”
Conciliación y Desafíos
La demanda de tiempo que requiere un negocio como el que dirigen estas dos emprendedoras dificulta, en ocasiones, la conciliación familiar, que aún recae en mayor medida en las mujeres. “No tienes vacaciones y a veces tienes que hacer renuncias importantes. Pero la conciliación es posible, por ejemplo, si tenemos responsabilidades compartidas en la pareja”, asegura Iturriaga.
Ambas empresarias coinciden en la necesidad de visibilizar el trabajo de las mujeres al frente de las empresas para animar a aquellas que no se atrevan a dar el paso. “El síndrome del impostor hace que sintamos que no podemos o nos pongamos en duda. Es cultural. Las mujeres no nos damos cuenta de cómo nos infravaloramos a nosotras mismas”, enfatiza Vila. Para emprender con éxito es esencial contar con “socios adecuados, tener un modelo de negocio claro, compartir ideas y tener algo de suerte”, añade Iturriaga.
La mujer, apuntan, tiene una forma distinta de enfocar determinadas situaciones en el negocio: “la implicación y el abordaje del emprendimiento femenino y el trabajo son distintos y el modelo tiene un plus de emocionalidad. El hombre tiene más desapego y radicalidad a la hora de afrontar los problemas, mientras que la mujer usa más la mano izquierda”, sostiene Iturriaga. Por eso, Vila mantiene que la diversidad en los equipos es ideal, dado que “las mujeres tienden a escuchar y a abogar por la colaboración, dejando más a un lado los egos. Nos preocupamos por cuidar al equipo y al entorno. El mundo lo tenemos que decidir entre todos.”
Formación y Asesoramiento para el emprendimiento femenino
En el acto también participó Noelia Martínez, Directora de Relaciones Internacionales del IEA, quien subrayó la necesidad de formación y asesoramiento especializado para empresarias, considerando las dificultades particulares con las que se pueden encontrar. En el foro, lamentó que en algunos campos aún se vea a la mujer que dirige una empresa como mandona, mientras que al hombre se le considera un líder.
“Lo que hace falta es tiempo para cambiar las dinámicas. Tenemos que fomentar el emprendimiento femenino porque aporta otra forma de entender cómo relacionarse con el equipo, clientes o proveedores. Tenemos que aspirar a la igualdad, pero ser conscientes de que la diferencia de partida es importante. No se trata solo de imponer, sino de que muchas mujeres se lo crean”, ha dicho Wilfredo Jurado, CEO del Instituto de Emprendimiento Avanzado.
Por su parte, Juan Claudio Abelló, presidente del IEAvanzado, reconoció que “puede ser necesario realizar ciertas imposiciones hasta llegar a una base de igualdad. La cultura patriarcal y machista en la que vivimos hace que haya rasgos necesarios en la gestión de un negocio de los que los hombres carecemos y de los que también nosotros debemos aprender.”
